martes, 5 de mayo de 2009

Influenza: Ingratutud hacia México

Un chiste que escuché por primera vez cuando tenía yo unos 14 años:

- ¿Cuál es la universidad más rápida del mundo?
- No sé, ¿cuál?
- Aerolíneas Argentinas
- ¿Por qué?
- Porque se sube un cualquiera al avión, y al aterrizar en México ya es licenciado en esto, y experto en aquello...

En aquellos tiempos, el chiste se contaba porque el gobierno mexicano abrió las fronteras para que miles de argentinos perseguidos por la dictadura, tuvieran en nuestro país una oportunidad de vida no en el estilo usual de la palabra, sino en el sentido más literal, drástico aún: para escapar de la amenaza de muerte que cualquier disidente por definición tenía sobre las espaldas bajo la dictadura militar.

No sólo se les dio un suelo seguro, sino también plazas en universidades, trabajos en el gobierno, educación para sus hijos. De todo. Y muchos de aquí se quejaban de que las oportunidades que se les proporcionaron, con frecuencia estaban por encima de lo que era su real preparación (de ahí el chiste inicial).

Pasaron los años; terminó la dictadura, y muchos de estos exiliados volvieron a su país, muchos otros se quedaron, para bien de México y de Argentina.

Más de dos décadas después, la historia se repite: en las calles de la Ciudad de México vemos a muchos inmigrantes argentinos, otra vez exiliados, aunque esta vez huyendo no de amenazas de muerte, sino de la pobreza y la falta de oportunidades en su país.

Una vez más, México les abre las puertas con oportunidades de trabajo y facilidades para su desenvolvimiento social. Increíblemente, es muy frecuente que la respuesta a tal hospitalidad no esté a la altura, y no es inusual escuchar por parte de estos inmigrantes frases despectivas y de desdén hacia nuestro país, ya sea criticando la incultura de la gente, la corrupción del gobierno, el desorden de las calles...

Muy baja cosa es hablar mal de un país, siendo que éste es el que les está dando oportunidades que evidentemente en el propio no encontraron. Siempre pienso: "Si este país está tan lleno de defectos, comparado con el suyo, ¿qué carajos hacen aquí?" En fin.

Bueno, pues resulta que ahora con el famoso tema de la influenza, el último acto de ingratitud viene ni más ni menos que del gobierno argentino, en buena medida emanado de una generación que mucho le debe al exilio en México. Como bien dice Ciro Gómez Leyva: No fueron los imperialistas estadounidenses, ni los racistas europeos quienes cerraron la puerta y le dieron la espalda a los mexicanos, sino, entre otros, los amigos argentinos.

Mañana hablemos de Cuba.

1 comentario:

  1. malditos argaytinos al fin para lo que viene a Mexico solo para trabajar en el table dance y de meseros

    Mexico debe cerrar sus arrimados sudacas

    ResponderEliminar