Si algo caracteriza a los habitantes de la Ciudad de México en la actualidad, es el hecho de querer que todo cambie... sin que cambie nada.
Y es que la gente que vive en esta insólita ciudad se queja todo el tiempo de qué tan mal están las cosas: el tráfico, la inseguridad, la contaminación, etc etc etc. Pero en el momento en que el gobierno decide actuar para corregir cualquiera de esos problemas, entonces nadie está dispuesto a ceder ni un milímetro para que se den los cambios que supuestamente todo el mundo está esperando.
Esto viene al caso por una situación que en las últimas semanas se ha venido dando en Las Lomas y Polanco, a raíz de la construcción de una obra que supuestamente deberá aligerar el caos vial que se vive en esa zona. Polanco, para quienes no lo sepan, fue hasta hace un par de décadas una colonia residencial de muy alto nivel, con calles bonitas y tranquilas; pero hoy en día se ha convertido en una zona de negocios y oficinas con altísima afluencia de autos y personas, lo cual es motivo de un tráfico en verdad tremendo todos los días laborables. Y Las Lomas, aun cuando se ha mantenido más a salvo de la "invasión" de negocios, tiene el serio problema de ser ruta de paso hacia zonas muy activas, como son Santa Fe y las numerosas colonias residenciales que han ido poblando el poniente de la ciudad, en la salida a Toluca; y eso también mantiene muy congestinadas sus avenidas principales, que son Reforma y Palmas.
Así las cosas, no es extraño que el gobierno delegacional de Miguel Hidalgo haya decidido hace unos meses hacer una serie de obras que involucran algún paso a desnivel (Palmas y Reforma) y un puente (Ferrocarril de Cuernavaca y Ejército Nacional), con miras a tener más continuidad en el tráfico vehicular.
Pero parece que a "los vecinos" no les gusta la idea. (Uso comillas, porque sabemos muy bien ese tipo de autodenominaciones -"el pueblo", "los trabajadores", "los vecinos", etc.- suelen ser más bien membretes que algunos 'vivos' utilizan para colocarse como poseedores de una verdad que no siempre es tan colectiva como pretenden.)
En fin, decía que "los vecinos" no están de acuerdo con la construcción de puentes y pasos a desnivel. Claro que argumentan todo tipo de razones -ecológicas, urbanas, ingenieriles...- pero hay razones para pensar que no son ciertas. ¿De verdad creeemos que las señoras de Las Lomas entienden de proyectos viales? ¿Los alumnos del Liceo Franco Mexicano se habrán puesto a pensar que el daño ambiental de miles de autos en un embotellamiento, todos los días, es mucho más alto que el costo de podar algunos árboles? De hecho, ¿en verdad les interesa? Tiendo a sospechar que lo que no les gusta es que su colonia, tan elegante, se vea ultrajada por el concreto de las vialidades expandidas.
Y en verdad los entiendo, porque sin duda es triste ver cómo el señorío de estos barrios ha ido sucumbiendo ante la interminable colección de abusos e irresponsabilidades urbanísticas y arquitectónicas propias de una ciudad sin planeación.
Pero es demasiado tarde: la realidad es que estamos ahogados en coches, y hay que arreglarlo. Estoy seguro todos los vecinos quieren que la situación cambie, pero sospecho que al mismo tiempo, no quieren que nada cambie.
¿Alguien sabe cómo se hace eso?
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