martes, 28 de abril de 2009

The positive side of swine flu

(En español, aquí)

The swine flu problem had already been for several days a concern to those responsible for health in Mexico; but in my case -and I think that’s the case with most of us- the item appeared abruptly Thursday night when we were informed that on the next day all schools should close doors in the metropolitan area.

In the 72 hours that have elapsed since that first "what are they talking about?", the subject has grown explosively, to dominate not only all the country's informative spaces, but also public and private activities, and the mood of the majority. And according to my inquiries on the Internet, the whole world is showing alarm.

There is no case to talk about what everyone already know (the flu itself, quarantine type strategies, the masks, the suspension of activities ...). I will better share my thoughts on a positive balance in my opinion could emerge from this situation: its effect on making people being more conscious.

My impression is that Mexicans in general, and we chilangos –Mexico City people– are not the exception, are often apathetic about the affairs of common interest, which by definition results in a lack of interest to: a) Assume ourselves as co-responsible for them, and b) Participate in its prevention and correction.

Such attitude issue covers all fields: the frivolous use of the car (excessive vehicle weight, unnecessary rides...), the waste of water, the sponsorship of organized crime by buying illegal products, throwing garbage in the street, illegal parking, eating non-hygienic food and so on.

Now, as we face the swine flu, everyone will have to rethink this kind of attitude.

My opinion is that the government has done its part: it has strongly limited the concentrations of people, and has launched an intense media campaign to create awareness among people about the seriousness of the problem. And I would highlight too, the serious attitude that the Federal and Mexico City governments have shown to put aside their problems and show a unified stance towards the problem. Private companies and organizations whose decisions have a public impact, have also shown great responsibility towards this situation: media has been quite careful not to sow panic, but at the same time emphasizing the information about how to prevent infections, and entertainment companies have agreed willingly to the call to cancel massive events, even though in many cases this has resulted in significant economic damage (I think of the Guadalajara-Pumas soccer match, that already had sold-out its 70,000 capacity, and by playing in an empty stadium had a loss that I would put in USD $600,000 only in ticket sales).

Thus, the 'ball' is now in the hands of the people: Each person has to act responsibly in caring for their selves and their families, to prevent passage of the virus spreading further.

I find it incredible that on the subway, for example, we still see people who are not protected (and protect each other) with a dust mask. At this point, this is a sign of irresponsibility and unconsciousness.

But in general there is an attitude of full sensitivity to the issue. Obviously people are concerned about the health alert, and I see in people around me a lot of willingness to maintain the discipline imposed upon.

Although in a lower proportion, I somehow compare this situation with what we Mexicans experienced in the earthquakes of 1985 (by the way, this is the first time since then, that the government ordered the suspension of school activities). In a similar way to what happened at that time, the media are very dedicated to disseminating among the population information on the emergency, and the public has a role to play for this may be soon back with minimal damage.

85 had an impressive social effect: people realized the power of mobilization, and many of the movements that in these two decades have changed the face of the country, were born under that context. The social 'rebellion' which originated a significant leap of the Mexican Left; the never clarified 1988 presidential election and the subsequent birth of the PRD; and finally the arrival of the opposition to the presidency... There is no doubt that all this had its seed in the mobilization that emerged to face earthquakes.

Thus, if in fact the flu is going to force us to move and think, the question is forced: What will born from this seed ?

(This post is a translation from a yesterday's post, originally written in Spanish.)

¡ Soy famoso !

(Es broma.)

El hecho es que esta mañana, al asomarme a ver la estadísitica de visitas a este blog, me encontré con un incremento notable en el tráfico.

Me pareció obvio que eso se debía a la nota que incluí ayer relacionada con la gripe porcina; revisando los detalles de las visitas comprobé que en efecto fue esa la causa, pero sobre todo se debió a que un periódico líder en la Gran Bretaña, The Guardian, al hacer una especie de "bitácora" sobre el asunto, hace referencia a lo que aquí puse:



En fin. Aquí está la liga para entrar, y seguimos atentos al problema...

lunes, 27 de abril de 2009

El lado positivo de la gripe porcina

(English version, here)

El problema de la gripe porcina aparentemente ya llevaba varios días preocupando a los encargados de la salud en México, pero en mi caso -y creo que la mayoría nos enteramos así- el tema apareció abruptamente el jueves por la noche cuando informaron que al día siguiente se cerrarían las escuelas de la zona metropolitana.

En las 72 horas que han transcurrido desde ese "¿de qué hablan?" inicial, el asunto ha crecido en forma explosiva, para dominar no sólo todos los espacios informativos del país, sino también las actividades públicas y privadas, y el ánimo de la mayoría. Y de acuerdo con mis indagaciones en Internet, el mundo entero está mostrando alarma.

No tiene caso hablar de lo que ya todos saben (la gripe en sí, las estrategias tipo cuarentena, los tapabocas, la suspensión de actividades...). Mejor haré una reflexión sobre algún saldo positivo que en mi opinión podría surgir de esta situación: su efecto de concientización sobre la gente.

Mi impresión es que los mexicanos en general, y los chilangos no somos la excepción, con frecuencia somos dados a ver con apatía los asuntos de interés común, lo cual por definición se traduce en una falta de interés para: a) Asumirnos como corresponsables de los mismos, y b) Participar en su prevención y corrección.

Esta cuestión abarca todos los ámbitos: desde el uso frívolo del automóvil (vehículos de peso excesivo, recorridos no justificados...) y el desperdicio de agua, hasta el patrocinio de la delincuencia organizada comprando productos ilegales, pasando por arrojar basura en la calle, estacionarnos en lugares prohibidos, consumir alimentos sin higiene, etcétera.

Ahora, ante la llamada influenza porcina, todos nos veremos obligados a replantearnos este tipo de actitudes.

Mi opinión es que el gobierno ha hecho bien su parte: ha limitado enérgicamente las concentraciones de gente, y ha emprendido una intensísiva campaña de comunicación encaminada a crear entre la población conciencia sobre la gravedad del problema. Y también es de destacarse la seriedad que los gobiernos federal y del DF han mostrado al dejar de lado sus problemas y mostrar una postura unificada ante el problema.



También se ha visto una actitud responsable por parte de empresas y organizaciones que pueden tener un impacto público en sus decisiones. Los medios de comunicación han sido bastante cuidadosos en no sembrar el pánico, pero al mismo tiempo han enfatizado la información relativa a la prevención de contagios. Las empresas de entretenimiento han accedido de buena gana a los llamados para cancelar actos masivos, pese a que en muchos casos ello acarreará un daño económico importante (pienso en el partido Pumas-Guadalajara, que con su aforo garantizado de unas 70,000 personas significó una pérdida de unos $7 millones tan sólo en boletaje).

Así, la 'bolita' está en manos de la población: Cada persona tiene que actuar responsablemente cuidándose a sí misma y a su familia, con lo cual evitará de paso que el virus siga propagándose.

Me parece increíble que en el metro, por ejemplo, sigamos viendo personas que no se protegen (y protegen a los demás) con un cubrebocas. A estas alturas, eso no es sino una muestra de irresponsabilidad e inconciencia.

Pero en general se ve una actitud de completa sensibilidad hacia el asunto. Es evidente que la gente está inquieta por la alerta sanitaria, y entre las personas que tengo a mi alrededor veo mucha disposición para mantener la disciplina que el momento impone.

Proporciones guardadas, comparo un poco esta situación con lo que se vivió en los terremotos de 1985 (por cierto, es la primera vez desde entonces que el gobierno decreta la suspensión de actividades escolares). En forma similar a lo que en esa época se vio, los medios de comunicación están muy abocados a difundir entre la población información relativa a la emergencia, y el público tiene un papel activo que cumplir para que esto pueda quede atrás con un mínimo daño.

El 85 tuvo un saldo social impresionante: la gente se dio cuenta del poder de la movilización, y fue entonces cuando nacieron muchos de los movimientos que en estas dos décadas han cambiado la cara del país. La 'rebelión' social que dio paso al salto de la izquierda, derivando en la nunca aclarada elección presidencial de 1988; el posterior nacimiento del PRD; y por último la llegada de la oposición a la presidencia, todo eso tuvo una semilla indiscutible en la movilización surgida para enfrentar los terremotos.

Así, si la influenza en efecto nos va a obligar a movernos y pensar, la pregunta es obligada: ¿En qué va a fructificar esta semilla?

viernes, 17 de abril de 2009

Estacionamiento de bicis, metro Auditorio

Ya pude sacar la foto:


No es un sábado por la tarde, ni un día de vacaciones. Es un día laboral normal. Lo cual ilustra mi teoría de que esta estación no es precisamente la más adecuada para poner en marcha este tipo de estacionamientos...

martes, 14 de abril de 2009

De carcajada: Zabludovsky, premiado por el PRD (a.k.a. "el nuevo PRI")

Se me cayó la quijada de la sorpresa cuando vi la noticia de que la Asamblea Legislativa del DF le dará a Jacobo Zabludowsky la Medalla al Mérito Ciudadano 2009.

Es de carcajada: Jacobo Zabludovsky, el máximo instrumento de la desinformación y manipulación príista, ícono de la antidemocracia en México, y denostador de la izquierda hasta el extremo de la difamación y calumnia, ahora es premiado por una asamblea dominada... ¡¡ por el PRD !!

De carcajada, sí, pero ninguna sorpresa. El PRD es el nuevo PRI: mismos modos, mismos principios.

Y si alguien lo duda, véase, por ejemplo, la corte celestial perredista: López Obrador, de la manita de Camacho Solís, el hijo de éste, Marcelo Ebrard, y el lacayo de la roqueseñal: Leonel Cota. Puros priístas destacados.

Y del corporativismo perredista, ni qué decir: es el mismo corporativismo priísta de siempre, pero ahora pintado de amarillo.

Un capítulo más de esa comedia grotesca llamada política mexicana.

viernes, 10 de abril de 2009

Bicicletas para la Ciudad de México

Supongo que al igual que yo, mucha gente ha tenido la inquietud de que en la Ciudad de México exista la posibilidad de utilizar la bicicleta como un medio de transporte viable: es decir, que podamos usar la bici para ir a estudiar o trabajar, en forma segura y práctica.

De unos años para acá, el gobierno perredista de la Ciudad ha mostrado sensibilidad hacia el asunto.

Primero fue el Peje López Obrador, al inaugurar la famosa Ciclopista que desgraciadamente no ha servido para nada. Y es que hasta ahora prácticamente nadie la usa, lo cual en mi opinión se debe a que el proyecto, aun concediendo que haya sido concebido de buena fe, tiene un sabor demagógico demasiado fuerte (me refiero a que, con el tiempo, todos nos dimos cuenta de que se privilegió lo espectacular del asunto por encima de su utilidad: el principal ejemplo son las inclinadísimas pendientes que la Ciclopista presenta en su tramo del Periférico entre Chapultepec y el Viaducto -imposibles de subir de no ser un ciclista profesional-, y tampoco son muy prácticos los tramos que circulan por calles de la colonia Roma, 100% olvidados y desde el primer día siempre invadidos por el tráfico de automóviles.

Aun así, hay algo rescatable de la iniciativa lopezobradorista: el hecho de haber puesto sobre la mesa la posibilidad de darle su espacio al tráfico de bicicletas como una real opción para el transporte de las personas en el DF.

Luego vinieron los llamados 'Paseos ciclistas'. Cada domingo el gobierno de la Ciudad cierra durante unas horas algunas avenidas importantes, dejándolas reservadas para el uso de bicicletas. En general estos paseos se llevan a cabo en dos puntos de la ciudad: en el eje Paseo de la Reforma - Zócalo, y en alguna delegación política -me parece que sólo participan las delegaciones de gobierno perredista-; además, una vez al mes se lleva a cabo una versión extendida del asunto, llamada el 'Ciclotón', el cual abarca un circuito de avenidas que a grosso modo podría describirse así: eje 7 sur (Félix Cuevas, etc.), Patriotismo, Av. Chapultepec y algún eje en el oriente de la Ciudad, para completar una ruta ciclista cuya longitud calculo que está en el orden de 35 kilómetros (aquí puedes ver el mapa de la ruta usual).

Estos Paseos ciclistas son una gran idea, pues tienen el efecto doble de por un lado enseñarnos a todos -automóvilistas y ciclistas- que la bicicleta sirve, es divertida y merece un espacio en la ciudad; y por el otro, nos da gratuitamente un espacio de convivencia familiar y comunitaria, en un ambiente en verdad agradable, muy alejado de ese saborcillo de hostilidad e individualismo que inequívocamente acompaña a todo lo que tiene que ver el uso y la posesión de un automóvil.

No recuerdo si los Paseos surgieron con el P-G o con Marcelo Ebrard. Es igual: a quien lo haya hecho, le doy un aplauso.

En verdad es recomendable darse una vuelta por estas actividades ciclistas. En la página del gobierno del DF está publicado el calendario de los Paseos y Ciclotones para todo el 2009.

Ebrard ha sido un activo promotor del uso de la bicicleta. Hace uno o dos años hizo algunos actos de mucho impacto mediático, anunciando que en adelante los lunes se iría en bicicleta a su trabajo, y que lo mismo harían sus colaboradores. Ignoro si él y/o sus subordinados hayan cumplido su promesa -lo dudo-, pero cualquiera que sea el caso, mi impresión es que esa propaganda también ha tenido un efecto favorable hacia la aceptación y la promoción del transporte basado en el pedaleo.

Posteriormente la ciudad ha visto el surgimiento de iniciativas interesantes, tales como el préstamo de bicicletas para moverse en alguna zona definida (hasta donde sé, esto se hace en Polanco, Condesa y Roma, y en fines de semana se rentan bicis en el tramo de la Ciclopista que cruza las Lomas y el Bosque de Chapultepec -iniciativas que me parece son más bien delegacionales y no necesariamente del gobierno central del DF).

Y más recientemente, el gobierno dio un paso más en esta dinámica de impulsar el uso de la bici: estacionamientos en las estaciones del metro.

Hace unas semanas, en el metro Auditorio -el que normalmente usaba hasta hace poco- junto a las paredes aparecieron unos ganchos colgados de unos tubos, y poco más abajo unas argollas empotradas en los muros (todo esto, en el espacio que se encuentra entre la taquilla y los torniquetes de entrada); al no encontrarles ninguna explicación, supuse que se trataría de alguna forma de arte moderno. Además, poco después me encontré con que estaban poniendo unos como rieles amarillos en la orilla de las escaleras a la calle -debajo de los pasamanos-, cosa a la cual tampoco le adiviné el uso.


Pero ahora la cosa ya está clara, y perfectamente señalizada: se trata de estacionamientos de bicicletas. La persona cuelga su bici en los ganchos, y las argollas inferiores son para asegurarlas con un candado; y los rieles, evidentemente son para que uno pueda subir y bajar la bicicleta sin tener que cargarla por las escaleras.

Aunque esto de poner estacionamientos en las estaciones del metro me parece una gran idea , creo que el metro Auditorio es una de las estaciones donde más absurdo resulta hacerlo. En una lógica de origen-destino para los desplazamientos de personas en un área urbana, lo razonable es que las personas usen la bicicleta en su origen matutino -desde sus hogares-, para abordar un transporte público hacia su destino -el trabajo-. Y en ese sentido, estando en el borde de Polanco, el metro Auditorio se encuentra en un punto nodal en cuanto a ser el destino (o al menos un punto de transbordo metro-autobús) de personas que van a trabajar.

Y lo deseable es que los estacionamientos de bicicletas se encuentren en las zonas de donde vienen las personas -es decir, en cualquier estación aledaña a colonias habitacionales. Me queda claro que un buen punto de arranque para esto serían las estaciones cercañas a las colonias Roma y Condesa, que es donde ya se empieza a desarrollar algo que podríamos denominar una 'cultura ciclista'. Así, me gustaría empezar pronto a ver este tipo de recursos en las estaciones del metro Chapultepec, Sevilla, Insurgentes, Cuauhtémoc, Hospital General, Centro Médico, Chilpancingo, Patriotismo y Juanacatlán.

Pero ésas son sólo las más obvias. Ese tipo de estacionamientos sería muy bienvenido en otras estaciones que cubren docenas de colonias con población que podría ser afin a dicho servicio. Algunos ejemplos están en las líneas verde (Lindavista, Tlatelolco, Doctores, Del Valle, Narvarte, Coyoacán...), naranja (Mixcoac, San Pedro de los Pinos, Nápoles, Del Valle, Azcapotzalco, Camarones), azul (Portales, Nativitas, Álamos, San Rafael, Santa María), rosa (Juárez, Condesa, Roma, Jardín Balbuena), amarilla (Aragón, Valle Gómez) y un muy largo etcétera.

La lista de sitios adecuados es muy extensa, y estoy seguro de que en cuanto se den las facilidades adecuadas, seremos muchísimos los que aprovecharemos esa oportunidad para dejar a un lado el coche, y tratar así de mejorar la calidad de vida nuestra y de toda la ciudad.

(Yo, por lo pronto, seguiré dándole $5 pesos al encargado del estacionamiento donde dejo mi bici cada vez que me subo al metro Mixcoac.)